Grito Vacío
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lunes, 2 de diciembre de 2013

La La La

     La muerte se cierne sobre mis pasos, su suave velo arrastra consigo el viento y el día. Todo se oscurece a su paso. Su voz metálica hace a las piedras temblar. Me hace correr hasta el borde de un acantilado. No se si reír o llorar. Cada día la tengo más cerca y hoy la tengo a dos metros. Escupo sangre. Estoy magullado, tengo el rostro cubierto de tierra. Tengo frío y un par de costillas rotas. No quiero morir. 

     Harto de correr, harto de huir del destino. Me siento feliz de volver a sonreír porque así fui yo en el principio de la historia. No había noche que pudiese ahogar mi luz. Yo era el final del camino. Yo era el último rayo de sol que daba paso al invierno.

    Y es cierto, tenía miedo. No quería morir sin entender porqué, ver ante mí que la última posibilidad de sobrevivir, se esfumaba... Yo quería reír. Desde lo más profundo de mi vientre sentí un escalofrío que terminó con la más sonara carcajada emitida por mí hasta el momento. Me salían las lágrimas a borbotones. Me arrodillé y me asomé por el acantilado. La Muerte me había acorralado.

     Creo que en ese instante lo comprendí. Lo vi claro. Esto no era un juego, era como un cuento. Y en los cuentos, el protagonista no muere hasta que cumple su venganza, su objetivo final. Pero ni esto es un cuento, ni un sueño. No tengo tiempo a pensar, solo quiero aullar y rugir como el estrepitoso océano. No dejar piedra sobre piedra. Cumplir mi venganza. Sentir la sangre correr por mis venas y renacer de mis pecados. Obtener mi lugar en el infierno y entrar por las puertas grandes sin nada en los bolsillos, ni una mísera bala en la recámara.

      Tal vez nada sea cierto y esto sea el producto de mi locura. Hurgo en mi bolsillo y allí estaba mi petaca. Le di un sorbo y comprendí que era una pesadilla, estaba llena por primera vez. Por algún motivo me reconfortó creer que no podía morir. Me encendí un cigarrillo y me senté en el suelo, en el margen a contemplar el amanecer. Por primera vez no sentí miedo. Se podía decir que era adictivo, era incluso divertido. Era arriesgado, pero era mi vida y había conseguido enfrentar a la Muerte. Era yo contra el mundo, era Yo frente a mi Destino y he de decir que me he divertido. Y puedo asegurar que esto no es el fin. Mejores que  yo andarán por este sendero y seré yo quien les dará caza, ¿cierto mi señora Muerte?

NO TE LO TOMES COMO ALGO PERSONAL, ERA SOLO POR DIVERSIÓN jajajajjajaj TOMA TU SOMBRERO, SE QUE LO ECHABAS DE MENOS...

lunes, 18 de noviembre de 2013

...

   El último grano de arena cayó y con ello llegó el frío invierno que esperaba ansioso. Manteniéndose erguida la última hoja del otoño, fue testigo de cada una de nuestras caricias y con la fuerza del viento  nos lo arrebató todo como si solo fuésemos polvo...

   Desperté de otra pesadilla. Ya estaba cansado de no poder dormir tranquilo sin tener que toparme con mi pasado. Joder, echaba de menos tus besos. Pero yo ya estaba muerto y vivía en el infierno. No espero volverte a ver por estas calles. No quiero verte sufrir. 

   El olor a azufre me hizo recordar que no valía la pena llorar, debía salir a afrontar mi destino en el submundo. Entre ladrones y mentirosos hasta el mejor perro se vuelve rabioso. Y me puse mi cazadora y eché a andar. Y sin volver al redil, me enfreté al mundo y terminé en esta jaula de cemento. Me siento burlado por el destino, otra vez.

   Alomejor esto me pasa por jugar con los pecados que jamás fueron míos. Quizás todo se debe a una broma. Pero no me vale llorar ni  lamerme las heridas y andar todo recto...
  
    Y pretendí empezar de nuevo, intenté soñar con un futuro nuevo, pero me mentí. Cada vez me siento más inquieto. Presenti un augurio tormenta. Y tal vez pueda sacar un beneficio y salir del infierno como un fantasma. Salvar el pellejo y arrancarme las alas para volver a saltar sobre tu cama. 

   Y quiero estar de nuevo contigo a solas. Quiero robarte otro beso, preciosa. Quiero encontrar el olor de tu cabello en esta brisa. Estoy harto de que la boca me sepa a sangre o que el estómago me ruga por hambre. Estoy harto de no tenerte entre mis brazos. Pero sigo siendo tan débil como siempre. Blando por dentro y por fuera de acero. Y aunque pierda mi buena estrella, se que tú serás mi nueva luz. Se que tú amor es puro, se que tus besos son sinceros se que eres mi hogar. 
  
   No quiero perderte, no quiero morir aquí encerrado. Odio al mundo, odio estar tan jodido. ¡¡¡Estoy hasta los cojones de hacer las cosas que me manden, es hora de que corran cabezas y que arda todo!!!

   AHORA YO SERÉ LA LAVA ARDIENTE, QUE SE JODA EL MUNDO, QUE SE JODA TODO POR AQUELLO QUE ME ROMPIÓ EL CORAZÓN. FUNDIRÉ TODO A MI PASO, DESTROZARÉ CIUDADES, ARRASARÉ POR ALLÁ DONDE PASE Y CUANDO ME ENFRÍE SERÉ FUERTE COMO LA PIEDRA Y ETERNO COMO LA TIERRA. 

domingo, 10 de noviembre de 2013

Otra canción con melodía.

Levantarse todas las mañanas solo, acostarse solo y con la tenue luz de una farola alumbrando la habitación por la ventana, solo puedo pensar que no hay nada más que hacer solo que poder dormir feliz. No sé, pero ante todo quiero mirar a lo que me depara este futuro y poder llegar a ser alguien que brille incluso a plena luz del día.Ojalá fuese esto cierto. Nos conocemos, pero lo que de verdad nos espera es un zurullo así de grande...

Porque el  truco está en enviarlo todo a la mierda. Beber como nadie y salir a la calle con una pistola cargada y sedienta de sangre. No habrá piedad. Y esto es así. El mundo se va a la mierda y nosotros con él. Los creyentes le llamarán el infierno sobre la tierra, el mismísimo Apocalipsis, todo el progreso ha de tener un precio. Una buena mamada a tiempo, nos hubiese salvado del holocausto y de otras guerras. Que a nadie le importe lo que digo, me da lo mismo. Llevo con esto acuestas y es costumbre ir pudriéndome mientras os cuento las cosas mientras cago.

Cada día la misma rutina. Cada día la misma mierda de historia, un vaso de leche y un día que se vuelve noche. Siempre el mismo orden. Los tiempos cambian, ahora los niños fuman pipas de crack y las niñas se conocen todas las esquinas. Mentiros  todo lo que queráis, pero las cosas son así y punto. Nadie hará nada para cambiarlo, solo los pirados tienen los cojones de salir a la calle sin un arma. Viendo estas juventudes, solo podemos esperar que nuestra hora llegue deprisa mientras que ellos lo consumen todo como si fuese el fuego en un granero.

Tal vez eso de sexo, drogas y Rock'n'roll, tampoco sea tan mala idea y que el Carpe diem no solo sea para pijos y otros burgueses y que sea para aquellos que cada día aguantan las palizas. Deberíais saber, que llegará un día que la gente saldrá a la calle sin nada que perder y ese día cualquier país podrá temblar, se estremecerá del auténtico terror.

Y como dijo la señorita Ephime: "cuando esté sola, me volveré una hija de puta, lo sé, me conozco y sé cual es el precio a pagar".
Paciencia, que el tiempo es cruel y ajusta cuentas con todos antes o después. Si la única forma de sobrevivir es siendo un hijo de puta, subid el volumen. Llegó la hora de volver a tomar las calles.



jueves, 7 de noviembre de 2013

Usted, escúcheme

   Beba usted lo que quiera, que yo iré tomando mi cerveza con mucha calma. No se si me puede comprender, pero yo presiento que si no lo hace, lo hará y sino, tampoco me importa...

   Pues resulta, que ella me dijo que yo era el eje de su mundo. Que yo era el centro. Yo le dije que ella no era del mío y le herí. Solo fue un rasguño. Le produje un leve herida. Nada que no se curase con el tiempo. Pero si no se miden las palabras, ellas pueden contener un veneno que solo afecta a alguien en concreto. Y esta vez el veneno se filtró hasta llegar a un rincón de su alma.  

  Yo la amo, ella me ama. Lo se. Pero ella se esconde tras un tupido velo, desconfía de mi templanza. Presiente que me volveré quebradizo con el tiempo. Pero ni la música es eterna ni el hierro permanece imperturbable eternamente... Ese velo hace que me piense si la puedo acariciar. Muchas veces me pregunto si hago más bien que mal. Me siento tantas veces contrariado que solo puedo olvidarlo cerrando los ojos. 

  Así es, mi querido amigo y confidente. No pretendo que me de consuelo, ni que me compadezca. Imagínenos, que estamos sentados en un bar, yo bebiendo una cerveza o varias y  usted enfrente de mí, haciendo como si me escuchase, captando cosas al vuelo y comparándolo con su vida. Imagínenos, sentados y mirando el culo de vaso. ¿Qué ve usted? Cierto, que habrá que pedir otra más. Nos echamos unas risas y todo queda como agua pasada. No importa lo que usted piense. Estoy aquí para decir mis problemas a alguien que existe y no es un producto de mi mente. Es usted ahora, mi juguete. 

   Prosigamos que la historia no es corta. Es más bien larga, la lista de todas nuestras discusiones y todas tan cercanas al desastre de dos corazones rotos y noches de insomnio. Hay veces que me siento culpable por existir, otras me siento encerrado y por tanto creo que me ahogo. No se si es por mí o por tener a alguien que firmemente se mantendrá a mi lado. Tengo la impresión de no encajamos perfectamente y que a la larga nos desgastaremos. Temo que llegue ese día en el cual el amor ya solo sea un recuerdo. Tengo en mí, una duda terrible pero sigo teniendo fe, creo que estoy en lo correcto.

   Proseguiré este sendero. Quiero que marque ella un nuevo comienzo. Que sea mi guía y el fruto de mi futuro. Quiero tener ese lugar llamado hogar y deseo tanto estar con ella en la cama... No sé, tal vez le daba pedir disculpas. Creo que ambos seguimos temiendo a que el otro nos dé una puñalada. Una puñalada de esas que deja marca, de esas que te rozan el corazón que hacen que entre sangre en los pulmones y mueras ahogado. No sé que pasará, solo confío que esta vez sea la de verdad. 


lunes, 28 de octubre de 2013

Este texto es bastante patético.

Eran las once de un sábado. Los críos se iban a casa a acostarse y los adolescentes salían. Unos jovencitos salían como los demás. El humo, la bebida, el sudor y las luces de aquella noche fueron especiales, se los llevaron a todos a un parque. Aún recuerdo aquel día... 

Estábamos sentados en un banco bebiendo y contando historias. Éramos nuevos en esto y decidimos jugar a un juego. Decidimos pasar la noche en un parque que estaba cerrado. Os prometo que yo no sabía nada, yo solo quería beber y  disfrutar, la masa arrastraba mis pasos hacia dentro.

Los ojos verdes de una de las muchachas me sedujeron. Estuve observándola toda la noche. Sus labios eran de un rojo tan brillante que aún sin luna brillaban. No eran naturales, pero su salvaje mirada aún era más fiera. Yo estaba sentado y fumando mi segundo cigarrillo aquella noche. No me acuerdo si fue el último. Esa mujer nunca estuvo sola en toda la noche. Y eso me molestaba. Yo quería tenerla cerca y mirarla. Tener enfrente esa mirada. Quería ver más allá, acariciarle el pelo negro, beber con ella y escucharle decir mi nombre. Pero uno de los allí presentes, se adelantó a mí.

Ella pareció darse cuenta de mis miradas indiscretas. Yo aún era un novato. Pero ella me dedicó una sonrisa y algo dentro de mí, creció, se hizo más grande. Al cabo de un rato, ella se acercó donde yo estaba. Me ofreció otro trago. Era bastante amarga aquella cerveza. Le ofrecí una calada y ella me miró, exhaló me dio un beso pasándome aquel humo. Cerré los ojos instintivamente. Pero al abrirlos, vi una mirada felina. Unos ojos traviesos y ardientes. No se que hice en aquel momento, pero solo recuerdo la luna llena. 

Y aquella hermosa dama jugaba con su lengua de una manera mitológica.

Mis labios tenían sabor a sangre y no era mía. Yo quería agarrarle los muslos y morderle. Sentí como algo dentro de mi cuerpo se rompía, sentí que quería saltar, rugir y aullar. Quería correr y sobretodo su sangre. Y descubrí un nuevo mundo de olores, un mundo de placeres, un mundo lleno de dolor... Sentí que de verdad ahora mis sentidos estaban despiertos. Sentí que de verdad estaba vivo y me gustó. Era una mezcla de éxtasis, cerveza y mucho humo... 

En aquel momento me di cuenta que debía de salir a correr. En aquel momento vi como de grande y hermoso podía ser el mundo. Era momento de nacer y gritar. Volvía a estar despierto. Volvía para quedarme, ahora yo sabía que debía volver a escribir...

lunes, 21 de octubre de 2013

Otro asalto

Y éramos rock puro y duro. Éramos la fría piedra, éramos la llama y la melena al viento. Gritábamos a la noche y desgarrábamos nuestros miedos. No éramos nada más que otros esclavos de esta droga macabra. Y como una estrella fugaz me estrellé en la tierra. Me quedé solo y tú quedaste con todos los demás celestes.

Mientras que la noche se fuga con la luna, yo me acuesto con otro rostro nuevo que he de olvidar. Tengo miedo de acostarme y no volverme a levantar. Aún sueño con nuestras noches de farra y con mi sed de venganza. No conozco el descanso, por mi sangre solo corre el miedo. Aún ansío aquella música ensordecedora, aquella que con su vibrar a mí me hacía surcar los cielos a lomos de una botella.

No se si es miedo, pero el frío y el olvido me obligaron a beber de este vino. Bebí todo de un trago y de mí nació una sonrisa libidinosa y un grito guarro. Mi mera existencia ya era obscena. No era porno, era el erotismo de la danza del fuego, salvaje y macarra. No había nada que apagase esta llama. Yo era el temblor de la tierra. Era el ruido, un acorde, lo era y además seguía siendo el silencio. Pero sobretodo yo era feliz...

Pero de aquel cuerpo en llamas, ahora solo quedan cenizas y la piedra que tenía por corazón sigue ennegrecida. El viento me trae nuevas melodías y me arrastra consigo. Siendo esta vez parte del huracán, de fondo se oirá un rugir, un aullido y mi canción.

Así es princesita, este es mi plan para volver al cielo del que no me ayudasteis a volver. Comenzará una nueva cacería. Plantasteis semillas y llegó la hora de la siembra. Que se pudra el mundo, ahora solo quedamos ellos, tú y yo. Que comience el juego...

domingo, 20 de octubre de 2013

Yume

Ella me contemplaba y me decía que no con la mirada. Me observaba, hablaba. Era curioso, éramos similares, nuestros gustos coincidieron, bastante curioso. Anduvimos siempre en línea recta y la conduje a un bareto mientras hablábamos. Esa noche quedé con ella, para ver sus ojos y conocer sus sueños. Esa noche quería ver como era ella en realidad. Supongo que tengo el talento de conocer gente con aspectos interesantes. No me equivoqué.

Le dije de tomar un par de cervezas, un encuentro sin ellas no es un encuentro. Entre risas y las horas, no me atreví a mirarla a los ojos. La observaba mientras hablaba, su silueta no era atractiva era sencillamente adictiva. Y ella tenia su sonrisa. Me emborraché entre copas y palabrejas que ella dedicaba a las horas. No se si era por la cerveza pero a cada paso su esencia era cada vez más sencilla y hermosa.

Y llegó el momento, ella lo tenía en sus manos. Mis esfuerzos tenían una recompensa. Mi anhelado deseo de leer su cuaderno. Pero por alguna razón que no conseguía entender, ya no me complacía tenerlo en mis manos temblorosas. No me podía concentrar, no supe leer. Leí solo frases, frases sobre la carne. Oraciones de amor y sueños. El vello de mi nuca se erizó...

Eras el emocionante solo de guitarra que a las masas las hacías bailar. Eras el poema de un solo verso que le dedicó un ave a sol. Eras bella. Eras la misma luna que traía consigo a las mareas. Y ahora, ¿qué más quieres ser?

Pero tú te marchas y yo vuelvo a conversar con el viento. Y ahora solo quiero recordar algo que nunca ocurrió. Por eso te llamaré Yume, la hija de un sueño.

sábado, 7 de septiembre de 2013

El paredón

Abrí la puerta al fracaso y me inundó el miedo a morir. El viento agonizante me llenaba de humo los pulmones, era como andar por encima las brasas. No era yo, eran mis ganas de ser libre, de luchar y enfrentarme a mis ganas de morir.

En cada centímetro de mi piel, un sentimiento de tristeza rasgaba mi tranquilidad y quebrantaba mis esperanzas de mantenerme de pie. Era ahora o nunca. Ellos tenían la cara cubierta, solo escucharían el trueno de mi fusil.

Mis ojos ahora están ciegos, esta tela negra no me deja ver las nubes, hoy está lloviendo. No lloraré y así fue. No lloro porque no temo ya a la muerte. Se que no estoy solo, se que en frente de mí, está mi hermano. Se que está llorando, sabíamos que tarde o temprano uno de los dos moriría en las manos del otro. No me arrepiento de nada, porque nada me motiva para seguir viviendo ni para enfrentarme a la lucha de un triste mundo.

Mis lágrimas se confunden con la lluvia. Ahora solo estamos él y yo, frente a frente. Mis dudas y mis miedos, tengo miedo de matarle porque tal vez me guste o porque una parte de mi morirá con él. No le temo a la vida, le temo a quienes hacen de ella el mismo infierno. Yo viviré al coste de su vida, no se me permite darle otra oportunidad. Él ha de morir, porque así lo han ordenado...

Esta guerra no tiene sentido, nada vale la vida de un persona. Pero si mi vida es el precio por la libertad, acepto el trato.

Y así todos juntos, bailamos al son del diablo. A fin de cuentas, todo es una mierda.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Aquel día en que todo comenzó...

Desnuda que estaba la mañana y aún así yo con estos pelos. No tenia tabaco, solo masticaba un chicle de fresa. Me hubiese gustado que alguien pudiese ver aquella proeza en mí. Me sentía cerca del limite. No se si era por el vodka pero yo me sentía mareado en aquel acantilado. Terriblemente mareado. Me senté en el borde y miré el horizonte.

Poco a poco las nubes cubrieron el cielo. Un gris metálico que auguraba tormenta. Me siento terriblemente inquieto. Suponiendo que el buen tiempo terminaba, tuve que ponerme los zapatos y echar a andar hacia pastos más verdes, en busca del sol. Te propuse que vinieses a mi lado y tú me miraste a los ojos. Una voz susurró que eras el camino que me llevaría a cumplir mi destino. Y sin miedo iré a encontrarte. Se que estas esperando, se tanto que nada me va a servir cuando se trata del corazón. 

El mundo es más civilizado y por lo tanto más terrible. Pero mi destino es un camino que yo mismo me he de demostrar que yo estuve ahí y es cierto que hay algo peor que la muerte y es que te olviden. El dolor de mis heridas me despertaron del letargo en el que me encontraba. Y ahora que he despertado me encuentro solo y bajo un cielo con unas estrellas que no conozco y una luna que siempre se encuentra menguante. 

Yo ya sabía que estaría solo, yo ya sabía que sería el último de los míos, siempre lo fui. Se que no he cambiado desde que me dormí... Pero habrá algo que jamás cambiará, que en mi alma solo habrá una pútrida ciudad donde la gente mata por volver a ver un sol que jamás existió.

lunes, 8 de julio de 2013

Viejo borrador

Estaba yo mirando por encima de los allí presentes buscando mi otra mitad. Alguien con quien conversar. Todos danzaban con aquella música y el olor a sudor. El alcohol era el catalizador de aquella gran masa de desconocidos en movimiento. En desacorde se encontraban mis zapatos, sin entender el ritmo y sin tener bastante cerveza en mis venas para poder dejarme llevar...

De camino al baño encontré una dama de vestido de color salmón y sonrisa sensual. Su mirada estaba fija en el movimiento de la masa y la fluidez de aquel aire viciado. No me importó sino fuera porque yo conocía aquella adictiva mirada. En sus ojos la luz, el resplandor de una llama y la oscuridad de un pedazo de carbón... Seguía allí plantada con su sonrisa y su plena felicidad. Me miraba a mí esta vez. No la comprendí hasta que su cálida mano agarró la mía. Instintivamente la acerqué a mí y ella se dejó llevar. Quién imaginaria que aquella noche encendería una chispa entre dos desconocidos... Que Destino más hermoso y tan hijo de puta.


Aprendí de ella que no tenía que mirar tanto el cielo para encontrar una estrella, que la vida no se limitaba a observar el mundo que tantos problemas me había dado. Pero ahora ella vuela por otros cielos como el humo de un cigarrillo de otro adicto a la adrenalina. No se que será de ella, no se que será de cada una de sus promesas, pero desde el olvido mando recuerdos y que sea feliz como siempre tuvo que haber sido. Prometí volver y no lo hice, este es mi castigo...

Ahora estoy despierto pensado como cambiar mi mundo y alguien me ha dado una luz cálida como el sol que perdí hace años. Y doy gracias por mis calamidades y bendiciones, pero mi naturaleza me hace preguntar si tu también eres feliz Damph.  Buena suerte otro año más, es lo único que deseo. Me conociste siendo un niño, pero la verdad, nunca me gustó aceptar mi papel de adulto... Gracias, porque ahora se que tampoco era tan malo. 


jueves, 4 de julio de 2013

Lamentos que no sirven de nada.

Odio la existencia de los humanos. Sus calles sucias, mentes perturbadas, traiciones. Son asquerosos. Odian y asesinan, todo el mal del mundo llegó cuando el primer mono anduvo con las patas traseras. Levantaron casas, pueblos, ciudades... Se trajeron consigo un pedazo del infierno.

Dicen arrepintiéndose de que el planeta se muere, MENTIRA, ellos lo asesinan. Lo destrozan todo. Se corrompen con facilidad y quien te defiende te apuñala por la espalda. No les entiendo, hablan de honor y justicia pero son todo mentiras y basura.

Y los observo desde el cielo, sentado en las farolas y durmiendo en las azoteas. Yo también soy uno de ellos. Les odio por ser quien soy, les odio por hacerme daño y por hacerlo. Yo les pago con ese mismo dolor. Hay más como yo, corrompidos, podridos. Se nos ha llamado escoria por andar a oscuras. Puestos hasta las cejas y borrachos como nadie impartíamos valores a una sociedad sucia. No somos nada más que gente normal, somos hijos del progreso. Somos los cabos sueltos. Los hijos que nadie quiere.


Yo como tantos otros, busco una salida. Un mundo menos real y más fantástico. Quiero encontrar un oasis en el infierno que cada vez se hace más grande.Quiero llorar, quiero arrodillarme y dejar que todo mi miedo fluir con un aullido. Quiero gritar, quiero romperlo todo... Quiero que todo arda en la más pacifica calma. Pero no me queda nada de valor ni ganas de enfrentarme a nadie.


Miro el río y el agua oscura. No hay luna en el cielo. Estamos solos en el mundo y no existe el cielo. No hay ángeles que nos salven. Esto no tiene un final feliz. No se si habrá un Dios, que la gente piense lo que quiera, pero si es tan grande como dicen, para él esto es solo un chiste, una puta broma pesada.

Y como el Flautista de Hamelín, me llevo conmigo cada una de las historias de aquella gente que llora. Les invito a participar en el espectáculo. Cada nombre y cada cara quedaron registradas en mi libreta azul. Cada lágrima y cada punzada de dolor las guardo como un preciado tesoro. 


Cierto, odio a la humanidad por ser imperfecta, sucia y mentirosa, pero no por eso la voy a dejar de amar. Ella me ha hecho tal y como soy y aunque me odie a mi mismo, nadie hará nada por mí. Es mi vida, mi mundo y mis andares, que se joda el viento. ESTE ES MI CAMINO.

domingo, 23 de junio de 2013

Una noche sin sueño

No sé, pero me es doloroso sentir esta opresión en mi pecho. Esta oscuridad me traga cada vez más profundo en mis dudas y temores. No sé que es lo que debo hacer, si seguir la luz o que el humo me ciegue de nuevo... Pero se que ahora solo querría tenerla y sentir su calor rozar con mi piel. Besar sus labios y deslizarme por su cuello y acariciar sus senos mientras que el rocío del amanecer humedece nuestros cuerpos.

Estoy tentado a ir a su puerta, llamar y decirle que la amo tanto o más que la primera vez. Demostrarle que soy el hombre que tanto necesita pero yo ya no soy nadie ni para ella ni para mí, ahora ya no puedo enmendar mi error. Ahora no se si es por las drogas, por mis lecturas intensas del pasado o porque quiero pensar que en su corazón aún hay una brizna de aquel viento fresco que me sedujo y me llevó a sentir el cielo.

Eres el hada que puebla mis sueños con tus ropajes vaporosos, es tu mirada de gata, son tus curvas y tus sonrisas las que me imbuyen al pecado de la carne a y al éxtasis intelectual. Tú desnudez embriaga cada uno de mis sentidos... Quiero devorar tus labios, quiero ser aquello que no fui, pero arrepentirme de lo que no hice es ahora ridículo, es ahora una gilipollez. No quiero volver a pincharme con esta rosa que además de bella y hermosa, tiene escondido un veneno en sus espinas. 

El humo de tus pulmones vicia mi aire. El sonido del agua correr hace que me pregunte que no está bien en mi vida. Supe que quedarme mirando era un error, supe que no volver a por ti me haría pagar un gran precio. Pero ahora, un año después de empezar aquel juego, hoy admito que sigo perdido. No se que hice... No se porque no te desnudé... No se porque no te hice sentir una mujer de cabeza a los pies...

Ahora podría ser distinto, ahora podría hacerte sentir cosas nuevas para ambos. Algo nuevo podría nacer y unirnos para siempre. Pero tú tienes una vida, tu ya has construido tu destino, ya no tengo lugar en él. Así que proseguiré con mi camino sin estorbar más... 

domingo, 26 de mayo de 2013

¿Y...?

Tranquilo y relajado enciendo una cerilla y la dejo caer al suelo empapado de gasolina. Cambié mi cazadora de cuero y repleta de pinchos por otra de rayas y con capucha para las noches de lluvia. Y con mis chanclas en lugar de botas ando envuelto en llamas, adiós pasado. El viento no sopla, jamás imaginé que esto pudiese ocurrir. En mi mente solo queda gravilla y un charco embravecido clamando ser océano.

Observo atentamente mi alrededor y aún queda bastante para el amanecer. Con una caña de pescar me enfrento cada día al mar. Como cada día, mi sombrero se resiste al viento para quedarse en mi cabeza protegiendo mis ideas del sol. Se me fue negada la entrada al cielo y entre las personas ya no soy querido. Ahora que vivo apartado en mi pequeño bote, voy a decidir quien será mi próximo objetivo.

Y quisiste andar por toda tu vida con una mochila y una sonrisa. Decidiste luchar para encontrar un lugar en el mundo y te negaste a ser igual que el resto. Empezaste a andar mucho antes de pararte sobre los pies. Ya a cuatro patas, gateabas para llegar a cualquier lugar. No querías aceptar el fin del camino, te negabas con rotundidad aceptar que este era el final. 

Ladraste como un perro, tú quien decidiste volar y llegar más lejos que nadie. Y ahora solo estás sentado en el bote mirando el horizonte. De ti, ya no quedan ni las ansias de luchar. ahora solo eres una cáscara vacía que anda sin miedo, sin vacilar. No tienes miedo a nada, no tienes motivos para andar. Jamás quise que esto terminase así, ahora que ya no te queda nada más que decir y que hacer, ¿qué será de ti?

Pues tomaré de nuevo otra cerveza y no solo una, sino un millar. Gritaré de dolor, gritaré por miedo a morir, gritaré porque quiero volver a vivir.

domingo, 19 de mayo de 2013

Mi nombre es Salem

Viste como anduvo por la noche con su sonrisa dibujada en el cielo y su sombrero gris. Marchaba con sus zapatos a bailar hasta el amanecer. Tarareaba una triste melodía y aun así sonreía alabando a su mala suerte. Un cigarrillo bailaba entre sus dedos y el humo le daba el aire de podrido caballero. No le quedaba amor por el que vivir. Estaba jodido y a pesar de todo estaba vivo. En su reloj marcaba siempre la misma hora. No es un galante amante, no es alguien confiable, es solo es un niño que jamás creció y algo susceptible. 

Con otra zancada me acerco más a mi muerte. Estoy mirando el cielo estrellado. Ando muy  lentamente y me acerco al precipicio. Mis demonios miran y sonríen mientras cantan, bailan y que más me da lo que hagan. Y aún así no siento que pase el tiempo. Nadie más que yo anda por este sendero. Que mis cenizas se las lleve el viento, igual que mis sueños. 

No tiene mal carácter, patrulla la ciudad cuando muchos duermen. Lleva gafas de sol y jamás lo ha visto. Dale un trago y él brindará por ti hasta el fin de sus días. Se pasea por las calles buscando la manera de huir de esta ciudad, pero su sombra le persigue. Le quitaron su felicidad y su amada libertad. Vagabundea por todos lados. Tiene vacía la cartera y los bolsillos. No tiene nada más que otro portal al que llamar hogar .Pero siempre con una sonrisa, vacilante y feliz de ver otra noche la luna en su precioso cielo. 

Y por todo eso y mucho más, soy otro sucio perro que busca algún lugar que cobijarme. No soy solo lo que la gente ve, soy eso y mucho más. No estoy muerto, aún no. También me quitasteis el derecho a morir. Pero ya me da todo igual. De todos nosotros, yo soy el punto final de esta macabra obra. Soy las cenizas de tu cigarro y voy a ser la parca. Voy a ser vuestra misma sombra. Buscasteis problemas y os habéis topado con la misma guerra. Mi espíritu es quién me da otro suspiro para avanzar y vuestra sangre en la suela de mis zapatos me devuelve a la vida. Mi sonrisa me delata, disfruto con poder haberos violado en la intimidad y haber reventado vuestros sesos. Si, disfruto con veros llorar. Pero ya no me es suficiente...

Y es cierto, ahora voy a compartir vuestro dolor y humillación con toda la ciudad. Pero ahora me voy a poner mi sombrero, me voy a emborrachar y me iré a cazar a un par de ojos que hoy me quieran acompañar a algún motel... Hoy he vuelto a ser joven, hoy he vuelto para quedarme... Hijos de puta, aquí está el Gran Cabrón para violaros, para destrozaros la puta cara. Detrás de esta sonrisa que me oculta, hay un rostro enfurecido y muerto. Si, estoy dispuesto para salir a bailar, bailaré toda esta noche con vuestras pesadillas y mañana os asaltaremos en vuestros sueños. Es hora de tomar venganza... es la especialidad de la casa. 

domingo, 21 de abril de 2013

Y si vienen con problemas...

Echaré vistazo a mis entrañas, al vacío de mi pecho, al hueco del universo y a todos los días que se asoman en las noches y cada una de las huellas de un camino andado. Mareado y en un puente veo mi imagen reflejada en el fondo del agua. En la ciudad flotante todo es maravilloso, todo es puro, todo es mentira. Gente que anda por la calle enmascarada y sin propósito vaga y quién sabe lo que tienen en mente. No sabría decir si lo que siento es la angustia de no poder dejar mi mente en blanco y tomar un descanso. No existen ya los días blancos, solo el dolor adormecido de levantarse todas las mañanas.

Mirando estabas y sentada al lado de la ventana, tomabas tu café. La cuenta estaba ya pagada, era tu casa. Mirabas el agua caer, olías el perfume de la sala. Todo era tan perfecto... Las pesadillas te asaltaban cada noche y de día la realidad te acariciaba tus sonrosadas mejillas. Tan tierna eras que hasta hoy consigues entristecerme por tu pérdida. 

Hoy ando por las calles de la ciudad flotante. La pestilencia de las calles estaba disfrazada por el perfume de la tierra mojada y el humo de los coches. La gente sumisa al yugo del miedo sigue midiendo sus pasos por fingir no ser presas del pánico. Nadie desentona y todos con el mismo destino, el impuesto. No se si habrá más personas en esta encrucijada, pero yo me siento solo.

El calor del sol bañaba tu piel. Estabas al lado de la piscina con tu toalla envuelta. El pelo mojado y las gotas del agua resbalaban por tu espalda desnuda hasta posarse en tus nalgas. Me gustaría poder abrazarte, entregarte cada pedazo de mi y rendirme en tus rodillas desconsolado por el frío. No quiero llegar allá al cielo porque no conozco a nadie, solo quiero ser abrazado por ti y entrelazar nuestros cuerpos...

Desperté sobresaltado con tu foto en el mismo guardapelo que me regalaste. Te fuiste de esta ciudad maldita para desplegar tus alas y ensanchar tu sonrisa. No se si volverás, no se si nos volveremos a ver. Pero yo voy a hacer de estos edificios un lugar mejor para cuando vuelvas, voy a desenmascarar al leviatán...
"Y si vienen a por problemas, les daré uno que no tendrá solución -D.W."

domingo, 14 de abril de 2013

Storm

Crees que conoces a la bestia por haberle visto a los ojos, pero dentro de sus entrañas el odio le pudre. Sino ha muerto aún es porque ya nadie le podrá cortar el cuello. Y eso que vino del infierno. Se alimenta de la sangre de tus sueños. Vive del pan de tus pesadillas y de los celos muere cada día más. A los tejados de nuestra vieja ciudad gris vaga perdido pidiendo venganza. Ya no tiene miedo. Le buscaron problemas y se toparon con la misma guerra...

Ahora pido cabezas trinchadas en estacas en la puerta de la ciudad, en tu ventana y en cada una de las esquinas. Quiero pedir al cielo que no me de redención. Estoy podrido, estoy muerto y ando vivo. No tengo pulgas y soy un perro. 


Y el demonio le condenó por ser tramposo y orgulloso. Se pudrió en todas las calles. Pidió piedad y le dieron ostias como panes ¿Y pides piedad? De su aullido se ambientan las historias de miedo. En sus entrañas se esconde un secreto y es que una vez fue humano, pero renació y no volvió solo. Él trajo sus cadenas resquebrajadas. Del rasgar de su garganta se oyen cientos de voces  procedentes del infierno.

Y tal vez te acuerdes de mi rostro pero no de mi voz. Te dije princesa que no se puede detener al viento y conmigo traje la tormenta. Ahora todo está al alcance de mi mano. Soy un monstruo si se me puede llamar. Tengo traje y garras. Tengo colmillos y una corbata. Me llaman bestia pero no soy ningún animal. Me llaman bastardo, pero soy el hijo de esta ciudad. Yo soy el miedo a la libertad. 
-Cuando un loco parece completamente sensato, es ya el momento de ponerle la camisa de fuerza.- Edgar Allan Poe.

lunes, 8 de abril de 2013

Otra estúpida historia de mal gusto

Me encuentro perdido sin tu latido en mi oído. ¿Qué pasa con las promesas que te hice, cayeron en el olvido? Sin tus palabras, sin tus caricias, todo es silencio y frío. Pasando por todos y cada uno de nuestros recuerdos quiero no temerme lo peor. No podría escuchar un adiós ni el lamento de un silencio eterno.

Sentado frente a la ventana, el telón se corre y empieza la función con el ruido de los cristales rotos de fondo. Que nada te detenga, que nadie te corte el paso y otros cientos de frases en mi corazón que ahora no están. Tengo un mal presentimiento, no siento que las cosas vayan por el buen camino. Los días iban perfectamente y ahora nada encaja. La tormenta está sobre nuestras cabezas.


El frío hielo, la densa muerte, las angostas callejuelas de una vil ciudad toman otra vez ese color gris de antaño. Tantas noches que pasamos tumbados, olíamos a sudor, olíamos  a felicidad. Todo reducido a cenizas porque me fuiste arrebatada. Nada que se me pueda dar. La noche cae y consigo todas las estrellas.


Estoy en el océano y bolas de fuego que se apagan. Si las estrellas mueren, ¿por qué nosotros no íbamos a ser diferentes? Nadie escapa y ella los atrapa. Nadie huye y ella los caza. Hasta las piedras han de morir, hasta las piedras se vuelven arena. Por muy fuertes, por muy fríos que seamos, solo somos motas de polvo ante la inmensidad del vacío, del olvido. La espesa negrura del fin. El manto de la muerte nos cubrirá a todos por igual.

Ven conmigo, huyamos hasta el fin de nuestros días. No tengo un buen presentimiento de todo esto, pero si te tengo a mi lado creo que al menos podré sobrellevarlo. Dame la mano y huyamos del mundo de los muertos, juntos.

jueves, 21 de marzo de 2013

Diario con cerveza II

-...Antes de nada pediré una cerveza y reanudaré con mi relato -el camarero tomaba nota mientras los demás pedían sus refrigerios antes de volver a sumergirse en su charla.

La pequeña mesa redonda era el eje donde nuestras voces volaban hacía los oídos y se hacían hueco en cada corazón de los que estábamos allí reunidos. Era mi turno de los cinco allí sentados, el último era yo. Como era evidente, me reservaba este momento para tomar una calada a mi cigarrillo y combinar mi sangre con algo de alcohol. Otro día con el que todos nos sentíamos unidos por recuerdos y sueños trágicos. 

-Y cuando llegó el momento todo se tornó oscuro -empecé como todas mis historias, con mi negrura combinada de aquellos días-.Todos miraron tras la ventana y otro cadáver era recostado en el portal de la casa, ya eran seis los que dejaban allí.

-Aún sigo sin entenderlo -preguntó un hombrecillo tras su prominente barba- ¿a que se debía esa acción? 

-Pues según tengo entendido, los propietarios de aquella casa eran grandes médicos pero que se negaron a curar a los lugareños. Debido a esto, ellos decidieron dejar a sus muertos alrededor de aquella imponente mansión para dar escarmiento, de poco les sirvió- suponía que el hombre tenía razón, les debía una explicación, puesto que mi historia comenzaba sin fundamento-. No pude verificar esta parte de la historia, hago hincapié que la escuche de un chico que borracho que decidió charlar conmigo por unas copas más de aguardiente. 

Y la tarde siguió su curso mientras los allí presentes bebíamos. Puesto que siempre concluía la historia con una pregunta, pretendía incitar a mis oyentes a vivir aventuras para que al volver me contasen sus andanzas. Pero yo no tenía aquel don de la palabra. Mi voz a duras penas les conseguía despertar del sueño. Pero ya eran las siete y media de la tarde y debía marchar a casa, improvisé alguna incógnita que no dio resultado pues ese no era su verdadero y trágico final. Aún era noviembre y el viento dejaba constancia de ello y en mí, siempre iba una cazadora, una bufanda y unos guantes. 

Me despedí tan formalmente como pude y marché a casa de forma apresurada. No se que edad creéis que tendré, pero en aquellos años, yo aún era menor y por mi mismo considerado un niño demasiado obsesionado con el tiempo. Con aquella edad ya tenía vicios de adulto y con mi cigarrillo clandestino volvía a mis andanzas de calle, rutinarias. Anduve por las calles con la noche persiguiendo al día que fugaz ya se escurría por el horizonte.  Mientras abría la puerta de mi casa lanzaba la colilla por la alcantarilla, sin pruebas del acto condenador. 

Subía las escaleras preocupado por como ocupar el tiempo restante hasta la cena. No debía volver a abrir aquel libro. Yo amaba mi vida monótona y aquello me sentó como un cubo de agua fría. Nunca debí leer aquellos pasajes. Ahora no veo nada con los mismos ojos. Ahora la realidad me sabe a poco. Decidí sentarme en la cocina escuchando a mi madre mientras hacía la cena saboreando cada instante insipido. Y al llegar a la cama me volví a condenar cuando me dejé seducir por aquella portada azul. Mi corazón ansiaba otra melodía de aquellas páginas y así otro día finalizó. Es cierto, aquel libro se volvía una obsesión y las obsesiones no eran buenas...

jueves, 14 de marzo de 2013

Diario con cerveza I

Justo, tal y como pensaba, el viento soplaba con tanta fuerza que hasta los árboles se balanceaban de manera alarmante. El viento llevaba consigo la tierra hacia los ojos de la gente que andaba a trompicones. Desde detrás de la ventana solo se percibía un ligero silbido del viento que se colaba entre las ventanas mal cerradas, un día magnífico imperaba y el sol de medio día imponía su ley.

Me levantaba de la silla dejando el libro sobre la mesa. Bajar las escaleras hacía que mi batín ondease dándome aires de importancia, de superioridad. Centrado en cada uno de mis nuevos interrogantes me acometía a la ardua tarea de enfrentarme a la rutina de todos los días, un café con leche y dos cucharas de azúcar. Hoy encontré unas galletitas para acompañar a este pequeño lujo. Ya era el momento del café de las doce menos cinco diario.

Me quedé plantado al entrar en la habitación, memorizaba como cada día antes de someterme a aquella lectura exhaustiva. Grababa en mi cabeza cada esquina de la habitación verde pastel, cada libro en su estante, la cama, el espejo, la silla... Todo en su sitio, tal y como estuvo ayer. Desarrollé este manía debido a aquella inmersión diaria en aquel baluarte por miedo a no volver jamás de allí. Todas aquellas peripecias a las que sometía el autor a cada de sus personajes, aquella humillación, esa falsa felicidad... todos aquellos bandazos al aire parecían aleatorios pero desde arriba se podía percibir una hermosa danza. Una danza que jamás lograré bailar.

Ya era yo sentado frente al escritorio, allí mi café humeante, las migas de las galletas y el libro eran mi única preocupación. Mientras  la gente se labraba un futuro, yo, cavaba mi propia tumba. El mundo giraba y yo con él. Y así los días pasaban con armonía y como todo buen libro, esta historia comienza cuando ya no queda sitio para esta paz. En el prólogo.

domingo, 3 de marzo de 2013

Spring Heeled Jack

Ya es media noche y nadie escucha el repiqueteo de unos zapatos que a las doce siempre andan de aquí para allá. Anda y anda entre calles y portales. Habla y cuenta estrellas en un cielo nublado. Sus zapatos marcan las horas y jamás se detienen. Su sombrero vuela de aquí para allá con los vaivenes del viento. Mirarlo puedes si te fijas atentamente, pero solo cuando no lo buscas ahí lo encuentras. Su sombrero esconde millones de historias de las que ya nadie se acuerda. 
Alguien dijo que lo vio sentado en una fuente y contando estrellas. Eso si, con su zapato izquierdo repiqueteando al ritmo del universo. Nadie que lo haya visto, lo vio llorar. Como si de una máscara se tratase, siempre anda con la misma sonrisa de misterio en su rostro. Dicen que vive en las esquinas y que duerme bajo las farolas fundidas, dicen tanto de él que ya nadie sabe que es mentira...

Pero resulta que cuando leyenda te vuelves, la gente acaba por olvidarse y la leyenda pasa a historia y muere en un cuento.Yo se que existe, yo lo he visto mirar al cielo apoyado en su bastón y sus zapatos de charol repiqueteando. Nadie lo ha visto, nadie cree ya en los cuentos. 

Se que pasa los días en los tejados, las calles se han vuelto peligrosas. La gente corre y se divierte mientras que él ahora salta en los tejados más cerca de la luna a quien siempre le dedica una hermosa lagrimita. Seduce las estrellas y anda en busca de su sombrero que otra vez se lo llevó el viento. Nadie lo ha vuelto a ver, ya no anda por las calles y los días de lluvia repiquetea con sus zapatos para imitar a los truenos. Y su andar se volvió grácil y salvaje. 

El mito muere cada noche y deja de ser un mero cuento para caer en el eterno olvido. Nadie dice ya a verlo visto pero los que le conocen y lo han visto no han sobrevivido. A lo mejor, resultará que no era tan bueno como lo pintaban... 

domingo, 24 de febrero de 2013

En la vigilia del sueño

Y de mi cuerpo indomable se escapó el último aliento de muerte. Imaginar como a la vez que muerto caía el cuerpo sobre la tumba, una vida sin volver a ver su rostro ni escuchar su voz, una parte de mi era desgarrada. Los truenos gritaban y el viento hacía girar las veletas. Siempre hacía que las cosas se rompiesen sin querer, pero esta vez era yo era quien estaba roto. En mi mente una cuerda se cortó y yo ya era todo gritos y rugidos. En mi pecho un frío se instalaba y perdía el uso de la razón. Ante mis ojos se extendía una oscuridad de rabia y gritos.

El cuerpo esta inerte sobre el suelo, oí como su corazón se detenía. No llegué a tiempo para salvarle y mi alma se tiñó de negro. El mundo no era justo ni quienes lo poblaban. Ante mi se extendía el cosmos. Unos grandes ojos me miraban inyectados en sangre. Solo podía llorar, el miedo me embargaba. La rabia me golpeaba y pisoteaba los resquicios de un corazón vapuleado. No más sonrisas, no más historias que contar cuando nos hiciésemos viejos...

Una puerta se abrió, alguien me llamó. Una voz  rota que clamaba más fuerte que el bramar del mar y del viento. Su voz escondía la tempestad. Me llamaba. Sentí un escalofrío y mi cúpula se resquebrajó. La oscuridad corrió dando saltos. ¿Qué ha pasado?


No, no hay nada que me pueda detener. No me quedan balas. No tengo palabras ni lágrimas que pueda derramar. No tengo ni un mendrugo de pan que dar a cambio de su vida. Vida que ya no está en esos ojos.


Tengo en mis manos el aire que el mismo respiraba. La guerra me lo arrebató todo. De sus olvidos hoy crearé un recuerdo teñido por la lluvia de sangre que hoy lloverá sobre nuestras cabezas. Hoy la tormenta no cesará. Mi humo cubrirá el sol y mis lágrimas serán las gotas de lluvia.

Y mil años de negrura pasión galoparon por sus venas pidiendo sangre y cenizas. Era otra voz la que me susurró que despertara. Una voz que pensé que jamás volvería a oír. Abrí los ojos y los rayos de sol fueron eclipsados por una sonrisa que debería estar muerta. No entiendo y la felicidad me embargó por completo. ¿Yo también era muerto? Y con una sonrisa me dijo que todo fue un sueño. 

lunes, 18 de febrero de 2013

Sols es viu una vegada.

Amb antigues paraules de guerra que corren per les nostres venes. Ara que el vent bufa i plouen canonades entre els trons d’un nou temps que ha tornat de darrere. Mai callaran els murmuris que naixen de la flor del taronger, mai ens arrancaran les arrels que plantaren els nostres avis, aquelles que pretenen cremar. El vent que bufa, també escamparà les nostres paraules que convertides en cendra tornaran a la terra per a no morir mai en l’oblit. Ara el nostre poble veu un ressorgiment d’un moviment simbolitzat ara per una gavina tintada de negre. Ara comencem a estar sota aquella ala fosca que no ens deixava veure aquell sol del que tant parlaven els nostres pares.

Fereixen la nostra llibertat i sols tenim deures que ja no volem complir ja que no ens donen la llibertat ni el dret a poder viure. Sols podem existir entre les gotes d’aigua, sols som lliures quan ens amaguem drogats o entre els plecs d’una vella manta. Ja no tenim la llibertat, sols un vestit gris i el cap rapat. Ja no és comprendre, és entendre a tota aquella gent que voleu tancar, a aquella gent que ja no te res a perdre. No tornem a les presons repletes de vocables i paraules amants de la llibertat...

Ja no puc dormir, aquesta nit ja no hi ha lluna que puga mirar, no hi ha finestres i no recorde al sol. Sols tinc un record, el mateix que corre per les meues nits entre els ratolins, aigua, pa i ceba. En ell recorde a foc i sang de com em raparen, els crits rebels, la desolació que em destrossava i l’àcid amb el que escopia amb les paraules.


Al dia d’avui ja no tinc nom que recordar, sols un nombre, ja no tinc ombra i ja no em queden somnis. A ells, tampoc...

domingo, 10 de febrero de 2013

Silbando por las calles

En mi maleta solo habrá amor, felicidad, tú y ibuprofeno. En mi mente una melodía que haga mover la cabeza y enfrentarme al día con una nueva cara. Es duro decir el adiós cuando tienes un lugar para llamar hogar. Temblaré como la hoja que arranca el viento del árbol y andaré el camino y viajaré por el mar para volver a casa como Ulises. Seré un personaje de cuento, ese personaje de nuestra historia especial.

Sigo en el camino sin detenerme porque no puedo. No decido si ando o si me detengo. Ya no más. Se acaban las metáforas. Voy a empezar a contar la historia desde el fondo bajo de la botella de esta rubia cerveza. No soy ningún remedio contra la pena ni ninguna solución para tus problemas. Pero no voy a mirar como te hieren ni como te pisan.

Alguna vez pensé que nada había mejor que el placer, me equivoqué. No hay nada mejor que dejarse caer y  retomar el vuelo. No hay nada como gritar entre el gentío y olvidar el mundo y dejar de lado la gravedad. No pisar la hormiga por ser un insecto, no pisar a nadie porque  tú mismo lo decidiste. El poder de la elección, el poder de la última palabra es nuestro. Nadie nos puede amenazar. Las amenazas generan odio y miedo y cuando estalla, llega algo peor que la venganza. Llega el momento de la tormenta que arranca de nuestro ser el peor veneno.

Goteando sangre confundida por el agua de lluvia, ser pisoteado o pisotear. No voy a humillar ni ser humillado, solo la escoria merece ser reducida al nivel del fango. No significa que vaya ser un justiciero, pero siempre habrá alguien que te espere tras cualquier puerta con un bate esperando romperte las piernas. Ni antifaz ni capa, ni héroe ni villano. Sin voz para gritar más, es hora de que escuchéis el bramar al mar.

"Ni bien, ni mal, solo avanzar"


lunes, 4 de febrero de 2013

Cada uno es quien decide ser, cada uno crece con sus problemas a cuestas. Los pájaros que se posan en nuestras ramas nos traen noticias del cielo azul por encima de las nubes. Vivo de los sueños, vivo del dolor que acarrea estar lejos y vivo de mis errores. Si ando tropiezo, las malditas raíces me entorpecen el andar. Ya que no puedo volar, dejaré mis hojas ir más allá del horizonte y que mis semillas viajen por el nuevo mundo que se les brinda.

Mientras que encerrado sigo en mi prisión de viento y tierra, mis raíces que tanto tiempo me han dado fuerza y alimento, hoy no me dejan ir a otro lugar que no sean siempre las mismas vistas, el mismo cielo cubierto de nubes y del mismo viento con sabor amargo.


Todo tiene un motivo y una razón. Estoy encerrado porque corrí más de la cuenta. No es la mejor solución, no es el mejor motivo. Pero ahora tengo un rayo de sol. Ahora que está llegando la primavera y en este momento que veo la luz del sol, voy a dejar que me parta un rayo y de mi tronco muerto y podrido nazca la nueva Bohemia. Que la nieve empañe sus cristales y el calor del vino y de sus canciones cambien el rumbo de millones de corazones. Que retornen los niños grandes, los que estuvieron armados por la palabra que resuciten.


Voy a enmendar mis errores con esta empresa a la que hoy me encomiendo. Hoy presento la difícil tarea de retornar a la antigua Bohemia. Gente de colores, artes, penas y sonrisas. Ahora que tengo un momento, diré en mi defensa que quiero ver esas maravillosas calles antes de que me atrapen.

Nada me impide moverme, cuanto más peso más motivos tengo de ir. Ando perdido, pero Bohemia está en todas partes cegada por la luz de las farolas. ¿Cuántos golpes harán falta para que me de cuenta?... Claro, azul.

martes, 22 de enero de 2013

Introducción al loquero.

Y no me detengo, ando tranquilo con el sol a mi espalda. Si tengo un problema lanzo una mirada a mi suerte y vamos a ver que pasa. Mi pelo al compás del viento, mis greñas gritando al cielo y mis sueños perdidos entre las copas son quienes ahora me hacen tomar el rumbo de esta historia. Si me derrumbo me tomo un cigarrillo para tomarme mi tiempo, que desde el suelo veo mejor el cielo.

Ahora que tengo el cielo al alcance de mi mano, resulta que hoy en la calle ya no venden droga. Y joder, tranquilo me presento y disimulo los nervios. Hoy tomo los callejones como si fuese por aquel entonces. Ahora que tomo el destino en una copa, lo tomo solo o con hielo. Relajado pinto en la pared con la sangre que me sobra. Soporto los golpes sin detenerme, soporto la llúvia porque me conoce de niño. La tengo presente como a una madre.

No tengo cristales de bohemia para tomar esta noche que la luna toma ahora el rumbo del regusto a tekila y canutos con el olor de la tierra. Vuelvo esperando encontrar algo que me pueda retornar al lugar al que me tengo que ir a dormir. Pero no tengo tiempo, otra vida de un gato que se esfuma entre los tejados y sus pesadillas. El olor a pescado retoma las callejuelas llevandose los gritos de las rata, he vuelto como la mala hierba. Nunca muero.

Tal vez y cierto es que mi ciudad es la basura, la más pútrida. Y así comienza otro cuento desordenado, donde el héroe no es malo, es fatal. Ahora la historia esta siendo contada por un olvidado. Otro rey al que fingieron que fue ahorcado. Mentira, no hay héroes. Solo hay hombres y mujeres que inducidos por las drogas se creen ser superheroes.   

domingo, 20 de enero de 2013

Tsunami

Y me siento por algún motivo insatisfecho, tengo una sensación de frío que no me abandona y nada me vale nada porque tampoco me importa. A chispazos me enciendo un cigarrillo, espero a que me salgan alas y volver a rondar la ciudad a la luna bien alta. No necesito un chaleco antibalas porque tampoco tengo miedo a morir. Este día es otro resquicio para encontrar algo que me sorprenda. El hielo cubre las calles y las ramas de los árboles. 

Oigo el crujir del hielo bajo mis pies. Estoy en medio del lago helado. No tengo miedo al frío, no tengo miedo a la puesta del sol porque se que al día siguiente el sol volverá. a salir. No se que se siente andar sobre las brasas, el suelo aún me queda demasiado lejos. Ahora es el momento de rendir cuentas con el lapicero, pero estoy hueco, vuelvo a estar en deuda. 


Y paso otra noche abrigado por el alcohol y el humo de un cigarrillo esperando encontrar mis alas. Se que no tengo un lugar en el cielo. Tampoco me interesa, allí no hay bares en los que me pueda emborrachar. Tampoco se si puedo morir, un día desperté y supe que tenía algo que hacer, ¿pero el qué? Así que me dejé llevar y otra vez acabo en el mismo sitio. Se tantas cosas de la vida... como por ejemplo que cualquier conocimiento sobre ella es inútil. Ahora desesperado necesito algún sentimiento que me vuelva a despertar y hacerme enojar.

No tengo suficientes drogas para hoy sonreír, pero si las suficientes para seguir en pie otro día más. Ya que cada vez estoy más cerca del suelo, ya que tengo que volver a andar sobre las brasas necesito saber que es lo que me pasa. Es hora de utilizar la indiferencia para volverme la ola que lo arrase todo a su paso. No es que esté enfadado, no es que esté feliz, es que ahora quiero un cambio.

miércoles, 9 de enero de 2013

Leidenschaft

Pido sangre y llegan tiempos de venganza. Ahora que el miedo ha estallado, la rabia corre sedienta por todas las calles cazando a tristes rostros desencajados por el terror. Privilegiado quien ose andar a estas horas de luna, privilegiado quien no conozca el miedo porque en esta ciudad, las cosas siempre cambian... a peor. 

Y espero paciente a entrar en acción mientras de tu portal sales con tu coleta y tu sonrisa. Ocultas tu mirada bajo un flequillo pero ambos sabemos que nos queremos y basta. Mis manos tienen grabado a fuego cada una de tus curvas a fuego lento. Tu sabor en mis labios, tus susurros en mi oído. Me agarras de la mano y nos ponemos andar callejón abajo...

Me hablas y te ríes, te cuento cuentos y bonitas historias porque de ti se que puedo sacar brillo. Quiero encontrar esa luz con la que pueda enfrentarme a mi oscuridad. Esa que cada noche me atormenta y que se ríe. Tengo miedo porque por más heridas que tenga, esa bestia siempre está igual de despierta. No quiero meterte en esto, pero tu mirada ahora está hurgando por mi pecho riéndose, dame esa cálida sensación de pertenecer a un hogar. Dame un lugar al que pueda descansar.

Y seguimos hablando, me interrumpes con un beso. A cualquier otra le hubiese replicado, pero a ti te muerdo los labios para bajar por tu cuello. Me susurras un "te quiero" y hueles a puro amor, el mismo amor desenfrenado que nos desnuda, el mismo que nos arranca una sonrisa y nos seca una lágrima. 

Si me quemo, que sea con tu mirada. Arderé lentamente hasta consumar contigo la salida del sol. Y te escribo mi carta de presentación, te presento mi triste circo. Princesa de fuego, haz que arda en millones de colores, alumbra mis noches y se mi faro en esta oscura niebla.


Que nos miren todo lo que quieran, si sigo en pie era para encontrar alguien sobre quien poder compartir mis alegrías.
 

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